Tuvo su primera aproximación al yoga de una forma poco convencional, al recibir un nintendo para una navidad en su ciudad natal, El Salvador. No obstante, la práctica un poco más fuerte con Jillian Michaels la hizo dejar el juego y acercarse más al mat. A medida que más practicaba, su amor por el mismo aumentaba.
Sophi cambió de carreras universitarias varias veces y el yoga siempre quedaba en segundo plano. Fue hasta que en el 2010 se mudó a Costa Rica que su vida tuvo un giro repentino y en 2012 se mudó sola a Barcelona con el fin de encontrar su independencia y encontrarse a sí misma. Al llegar allá descubre que no sabía quién era, ni que quería de su vida. Varios meses después regresó a Costa Rica agradecida, humilde y rendida a la vida y comprendiendo que la magia de la vida se ve cuando uno deja de luchar contra ella y más bien fluye con lo que ella ES. Decidió escuchar sus llamados internos, sin cuestionamientos y confiar que la Vida sabía más.
Por medio del yoga ha podido comprender como a través del cuerpo se transforma lo interno, las āsanas le ayudan a enraizarse en lo que realmente es y la respiración consciente le refleja en su fluir, el camino y el ritmo de sus pasos.
Sus clases son dinámicas y llenas de “fueguito”, le gusta enfocarse en el “Core”, que se compone de un grupo de músculos que le dan estabilidad a nuestro cuerpo.